Lo preguntare una vez. ¿Cuál es el problema con que el
cabello reaccione a la humedad y parezca un nido de pájaros? ¿Quién fue le
gilipollas que estableció que los huesos
eran sexys, y que si no eres anoréxica no eres bonita? ¿Desde cuándo se aprecia
el ser divertida y llevadera, que inteligente y decidida?
¿Cuál es el problema con comer chocolate, ser independiente,
estar soleta y no usar Gucci todos los días?
Todos estamos tan obsesionados con ciudades como new york
que se nos olvida la tranquilidad y acogimiento de ciudades como tenesse o córdoba.
¿Nunca te preguntaste, por que admiras tanto a las modelos
de instagram con los últimos atuendos de diseñador, pero nunca te llamo
verdaderamente la atención aquella chica sumamente guapa y singular que iba en
tu curso?
¿Por qué de repente anhelamos más los convencionalismos y lo
común? ¿Quién se atreve a decirme que huesos en las caderas son más atractivos
que unas curvas, o que buenos aires es más hospitalario que córdoba, o que la
moda en los desfiles es mas linda que los
vestidos que diseñan las modistas en tu cuidad?
Nuestro problema es la exposición. Estamos tan expuestos a los
convencionalismos y las leyes de que tienes que ser y que no, o más bien, que
tienes que desear ser y que no, que la verdadera belleza y comodidad se nos
escapan de las manos.
¿Quién se atreve a decirme a mí que no puedo salir en short
sin depilarme, que no puedo usar bikini si tengo unos kilos de más, que no
puedo usar zapatillas con vestido, que no puedo tomarme vacaciones en mayo y
que no puedo reírme en la cara de quien yo quiera cuando yo quiera?